Lactancia Materna: Alergias e Intolerancias, ¿Cuál es la diferencia real?

Cada vez tenemos más conciencia de las alergias, pero a pesar de la masiva información que tenemos a nuestro alcance, los términos alergias e intolerancias en la lactancia materna, se suelen confundir fácilmente, por lo que he decidido explicarte brevemente ¿Cuál es la diferencia real?

Entendiendo los términos alergia e intolerancia:

Es crucial comprender la distinción entre alergias e intolerancias, ya que, aunque ambas pueden manifestarse en reacciones adversas a ciertos alimentos, sus mecanismos y consecuencias son considerablemente diferentes. 

Las alergias alimentarias implican una respuesta del sistema inmunológico a proteínas específicas, desencadenando una reacción rápida que puede afectar diversos órganos y sistemas del cuerpo. 

Por otro lado, las intolerancias alimentarias no involucran el sistema inmunológico; en cambio, están relacionadas con la incapacidad del cuerpo para digerir ciertos componentes de los alimentos, como la lactosa

Mientras que las alergias pueden desencadenar respuestas graves e incluso potencialmente mortales, las intolerancias tienden a producir síntomas más leves y generalmente no representan un riesgo de vida. 

En resumen, la clave radica en el papel del sistema inmunológico: las alergias activan una respuesta inmunológica, mientras que las intolerancias se relacionan con problemas digestivos.

Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV) durante la lactancia materna

Cuando a una madre que amamanta se le recomienda que elimine los lácteos de su dieta, usualmente es por un problema que puede ser causado por la proteína que contiene la leche, no por intolerancia a la lactosa. 

La leche humana está llena de lactosa, y la naturaleza se asegura que los bebés y niños pequeños puedan digerirla. La cantidad de lactosa no se verá disminuida ni afectada por la retirada de la leche ni los derivados lácteos de la dieta de la madre lactante. 

Las moléculas grandes de proteína de la leche de vaca, por otro lado, pueden pasar a la leche humana casi intactas y estas partículas pueden incomodar a un bebé sensible. 

Si tu bebé tiene Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV), puede tener síntomas como cólicos, silbidos al respirar, vómitos, diarrea (incluyendo diarrea con sangre), estreñimiento, sarpullido, eczema y la nariz congestionada.

Si sospechas que tu bebé es sensible a la proteína de la leche de vaca en tu dieta, puedes eliminar los lácteos y ver si eso hace una diferencia. 

No siempre se pueden ver resultados inmediatos, puede tomar hasta 21 días que la proteína de leche de vaca salga completamente del sistema de la madre, de modo que es mejor esperar dos o tres semanas para evaluar los resultados. 

Algunos bebés reaccionan bien si la madre elimina los productos lácteos como leche, yogurt, queso, y el helado; otros no mostrarán mejora a menos que se eliminen incluso las trazas de proteína de leche de vaca, así que puede ser necesario que leas detenidamente las etiquetas de todo lo que comes y elimines las fuentes ocultas.

A este tipo de dieta muy restrictiva se le suele llamar la dieta del amor, porque sin duda es todo un acto de amor de parte de la madre el ser tan cuidadosa en su alimentación, para lograr mantener su lactancia, a pesar de que eso implique los excesivos cuidados que debe tener al comer.

Muchos bebés superan su alergia a medida que crecen, así que incluso si tu bebé es alérgico/a, podrías volver a incorporar los lácteos a tu dieta cuando crezca. 

Algunos bebés no mostrarán ninguna mejoría aunque la madre elimine la leche entera de vaca o sus derivados, y en ese caso es posible que sean otros elementos de la dieta de la madre los que causan el problema.

Deseo resaltar que la leche materna sigue siendo la mejor opción para un bebé que tiene APLV, la leche materna por sus innumerables beneficios es perfecta para el bebé. 

Para las familias que enfrentan la Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV) y optan por utilizar fórmulas artificiales, se recomiendan fórmulas hipoalergénicas específicas. Estas fórmulas están diseñadas para evitar las proteínas de la leche de vaca que desencadenan la alergia. Hay dos tipos principales de fórmulas hipoalergénicas:

  • Fórmulas Extensamente Hidrolizadas: Estas fórmulas contienen proteínas lácteas que han sido descompuestas en fragmentos más pequeños mediante un proceso llamado hidrólisis. 

Estos fragmentos son menos propensos a desencadenar reacciones alérgicas en bebés con APLV. Si bien las fórmulas extensamente hidrolizadas suelen ser bien toleradas, algunos bebés aún pueden tener sensibilidad, y en esos casos, se puede considerar la siguiente opción.

  • Fórmulas de Aminoácidos: Estas fórmulas están compuestas por aminoácidos, los bloques de construcción más básicos de las proteínas. 

Son la opción más hipoalergénica, ya que no contienen proteínas intactas, y por lo tanto, son menos propensas a provocar reacciones alérgicas en bebés con APLV. 

Sin embargo, las fórmulas de aminoácidos tienden a ser más costosas y pueden ser recomendadas en casos de alergias severas o cuando otras fórmulas no son bien toleradas.

Es fundamental que la elección de la fórmula sea supervisada y recomendada por un profesional de la salud, como el pediatra o el especialista en alergias, para garantizar que se ajuste a las necesidades específicas del bebé con APLV y se proporcione una nutrición adecuada para su crecimiento y desarrollo.

Es especialmente importante para los bebés con alergia a la leche de vaca depender de estas fórmulas sustitutivas hasta al menos los 2 años. Estas fórmulas hipoalergénicas han sido recomendadas durante mucho tiempo como medida preventiva de alergias cuando la leche materna no está disponible.

La Intolerancia a la lactosa 

Como he mencionado previamente, no habrá menos lactosa en la leche materna si la madre deja de comer lácteos. La presencia de lactosa en la leche materna es totalmente independiente de la cantidad de lactosa que consume la madre en su dieta. Y se suele confundir con la Alergia de la Proteína de la Leche de Vaca (APLV) porque sus síntomas son similares. 

La lactosa, es el azúcar presente en todas las leches de los mamíferos (absolutamente todas). 

Cuando la enzima Lactasa (que es la encargada en digerir) que está en el intestino delgado es es inexistente o escasa, la lactosa pasa al intestino grueso intacta, y es aquí donde las bacterias se encargan de romperla y esto le causa gases y ácidos al bebé.

Los bebés pequeñitos pueden padecer de algo que se llama Intolerancia transitoria o temporal de la lactosa y sus síntomas son: Caca líquida, a veces verde, bebé muy irritable porque pasa gases muy seguido.

Esta se conoce como intolerancia temporal porque al cabo de unas semanas en el intestino del bebé ya habrá mayor cantidad de Lactasa (la enzima que digiere la lactosa) y por lo tanto estos síntomas desaparecerán solos. Sin ningún medicamento o tratamiento en especial. 

Como madre sé que el esperar en algunos casos desespera, estos malestares en un recién nacido pueden parecer eternos. Pero como en casi todo, estos malestares son producto de la inmadurez del bebé y se superarán con el paso de las semanas.

En cambio, una intolerancia permanente a la lactosa se le llama Galactosemia: La galactosemia es un trastorno genético raro que afecta la capacidad del cuerpo para metabolizar la galactosa, un azúcar presente en la leche y otros productos lácteos. Cuando un bebé nace con galactosemia, la falta de una enzima específica (lactasa) impide descomponer la galactosa correctamente, lo que puede llevar a la acumulación de sustancias tóxicas en el cuerpo.

Un bebé intolerante a la lactosa, sufrirá y tendrá síntomas desde el día que nace y mostrará señales obvias de mala absorción de la leche y deshidratación. Esta condición es una emergencia médica. Y el bebé requiere una dieta especial desde que nace.

Los síntomas de un bebé con galactosemia pueden variar, pero algunos de los signos más comunes incluyen:

  • Vómitos: Los bebés con galactosemia pueden experimentar vómitos recurrentes, que a menudo comienzan poco después de la introducción de fórmulas o leche materna que contienen galactosa.
  • Letargo o irritabilidad: Los bebés con galactosemia pueden mostrar signos de irritabilidad o letargo debido a la acumulación de sustancias tóxicas en el cuerpo.
  • Problemas de alimentación: Pueden tener dificultades para alimentarse, mostrando falta de interés en la alimentación o rechazando el biberón.
  • Ictericia: La ictericia, una coloración amarillenta de la piel y los ojos, puede estar presente en algunos casos de galactosemia.
  • Agrandamiento del hígado o Bazo: En casos más graves, puede ocurrir el agrandamiento del hígado o el bazo.
  • Problemas renales: La galactosemia no tratada puede afectar los riñones, causando problemas renales.

Es importante señalar que estos síntomas pueden variar en su gravedad y que algunos bebés pueden presentar síntomas más leves que otros. La detección temprana y el tratamiento son esenciales para evitar complicaciones graves asociadas con la galactosemia. 

Los recién nacidos en muchos lugares son sometidos a pruebas de detección para la galactosemia poco después del nacimiento como parte de los programas de cribado neonatal. 

Si existe la sospecha de galactosemia o si se observan estos síntomas, se debe buscar atención médica de inmediato para confirmar el diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuado, que generalmente implica la eliminación total de la galactosa de la dieta del bebé.

En cambio, si tu bebé solamente tiene intolerancia temporal (o secundaria) a la lactosa, la leche materna sigue siendo el mejor alimento para tu bebé ya que ayudará al proceso de regular la microbiota intestinal ya que contiene probióticos. Solo es cuestión de tener paciencia y esperar. 

Para las familias que tienen un bebé diagnosticado con galactosemia, existen las fórmulas sin lactosa, que están indicadas para la galactosemia y la deficiencia congénita de lactasa, así como para la deficiencia primaria de lactasa. 

En conclusión, comprender y abordar las alergias en la lactancia materna es esencial para el bienestar de tu bebé y tu propia tranquilidad. Si te encuentras navegando por desafíos relacionados con las alergias o simplemente deseas obtener una guía personalizada para optimizar tu experiencia de lactancia, estoy aquí para ayudarte. 

La lactancia es un viaje único y a veces complejo, pero con el apoyo adecuado, podemos superar cualquier obstáculo juntas. Si necesitas orientación adicional, te invito a que agendes una cita de consulta de lactancia. 

Estoy aquí para responder a tus preguntas, ofrecerte apoyo personalizado y compartir contigo toda la información que necesitas para que tu experiencia de lactancia sea lo más positiva posible. ¡Espero con ansias poder acompañarte en este hermoso viaje de la maternidad!

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